Bocados de realidad LIII


En la línea que apuntaba en el Bocados LI sobre crear imágenes más complejas he probado estos días a hacer las capturas incluyendo los reflejos que se producen en el cristal de la ventana y he obtenido varias series, parte de una de ellas es la que traigo hoy aquí.


Mujer con carrito y chaqueta roja (2018)

Hombre con bolsa de naranjas y gorra visera (2018)

Mujer con bolso y fular granate (2018)


Me gustan estas fotos. Me gusta que el color que aporta el reflejo llene la imagen, me gusta la textura granulada, áspera, que se produce en las zonas más oscuras del reflejo superpuesto al asfalto, me gusta que, por algún efecto óptico, las personas aparezcan especialmente nítidas, casi parecen superpuestas en la foto hasta el punto de que podrían considerarse retratos.

Seguramente estaréis pensando que todo esto que estoy diciendo incurre en serias contradicciones con lo que he manifestado anteriormente. Así es, estáis en lo cierto. La primera de ellas está en la misma voluntad de conseguir imágenes más complejas frente a mi confesa adscripción al minimalismo y consecuentemente al credo menos es más. Por otro lado, el hecho de que me guste que el color que aporta el reflejo llene la imagen está en contradicción con aquella lectura que hizo Ángela y que tanto me gustó sobre la forma en que el color explotaba de repente en aquella otra serie que puse con el paso de cebra como protagonista. Finalmente, cómo puedo decir ahora que me gusta que las personas aparezcan definidas cuando hace unos días afirmaba perseguir lo contrario.

Pues bien, lo confieso, soy un ser impuro. Me gustan cosas aparente o descaradamente contradictorias. Una foto limpia, con mucho espacio vacío me puede gustar tanto como una abigarrada y llena de color, una en la que los personajes sean apenas unas manchas, unos trazos de color, tanto como otra en la que se aprecien todos los detalles. No puedo evitarlo y además no tengo ninguna mala conciencia de que así sea. Para probarlo os pongo la siguiente, claramente minimalista y que nada tiene que ver con esta serie; también de cosecha reciente y que también me gusta.



Esperando al equipo (2018)

Comentarios

wallace97 ha dicho que…
No me parece que sea contradictorio que te gusten unas y otras. Es como si te gusta Velázquez y también Picasso.
En cuanto al efecto óptico que mencionas por el que las personas aparecen nítidas, supongo que es porque éstas están vistas directamente a través del cristal, por lo que se ven tal cual, y sin embargo el alcorque y el banco de alrededor están reflejados en la ventana, que al ser de doble acristalamiento produce la doble imagen, ¿no?
A mí también me gustan, me las quedo.
MJGE ha dicho que…
Exactamente, el doble cristal produce un doble reflejo que no acaba de gustarme. Y el que las personas parezcan más nítidas puede ser por el contraste visual con el reflejo, que aparece más borroso.
Me alegra que te gusten y gracias una vez más por comentar.

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