Bocados de realidad LXIII


Hay semanas que no sé qué imágenes poner en estas entradas, me parece que no tengo ninguna interesante que traer aquí, pero lo cierto es que muchas se quedan atrás. Aunque  voy poniéndolas todas en un álbum para no repetirlas, y gracias a que lo hago, aunque justamente por lo contrario, porque muchas fotos que pienso que ya he puesto al buscarlas en el álbum resulta que no están y pienso que debe haber algún error: cómo no voy a haber puesto esas fotos. Y es que ocurre que las fotos más recientes tienen para mí un atractivo especial y quiero ponerlas enseguida por lo que algunas que no resultan elegidas se quedan atrás.

Como quiero que estén aquí las fotos que más me gustan esta semana voy a intentar arreglar siquiera parcialmente esa cuestión y voy a recuperar esta serie de reflejos en el suelo mojado de las pasadas navidades. Los que veis mi galería en Flickr ya las conocéis, espero que os gusten lo suficiente para que no os importe verlas otra vez.

Ilusión (2018)

Agua, colores, caramelos (Cabalgata 2018)

Reflejos (2018)

Reflejos 2 (2018)

Por si no fuera así y para que no se queden atrás ya que estoy con este tema, pongo a continuación algunas de una serie muy reciente, de apenas hace unos días, algunas ni siquiera han llegado aún a Flickr.

Asfalto (2018)

Agua (2018)

Líquido (2018)


Comentarios

wallace97 ha dicho que…
¡Espectaculares, realmente impresionantes! Una de tantísimas cosas pendientes que tengo es salir a hacer fotos con el suelo mojado, pero lo voy dejando y dejando por la pereza que me da salir con lluvia y más aún con lluvia y cámara fotográfica.
Es curiosísimo cómo en la foto Reflejos 2 la composición del reflejo en el charco, con esa vertical desde el ángulo superior, hace que parezca enteramente un agujero en el suelo.
¡Qué composiciones y texturas! Asfalto, Agua y Líquido parecen cuadros abstractos. Son auténticas obras de arte. Más para la colección.
MJGE ha dicho que…
Es cierto lo del charquito.
No seré yo quien te reproche la pereza, esa cualidad tan injustamente valorada jaja. La verdad es que es fantástico salir por ahí con la cámara y la sensación optimista sobre las fotos que llevas en la tarjeta y aunque luego se vea cuando menos reducida al verlas en el ordenador, esos momentos previos son impagables. Luego, a mí me gusta también trabajar en ellas y salen fotos de donde parecía que no había nada. ¡Anímate hombre!

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