Bocados de realidad IX
En las dos fotos de esta semana es más significativo el cómo que el qué. Me refiero al cómo están
tratadas las imágenes frente al qué aparece
en ellas. Podrían considerarse lo que en pintura se denomina un bodegón, que los pintores realizan como
estudio o practica del tratamiento de
luces y texturas y en el que, por este motivo, el interés radica más en estos
aspectos que en los motivos representados.
En mi caso el motivo son dos escenas de calle, que no dejan
de tener cierto interés social: la pareja que mantiene una conversación en la
que ella parece llevar la voz cantante mientras que él parece desentenderse y no prestarle
demasiada atención, en la primera, y dos personas mayores conversando sentadas en
un banco e iluminadas por la última luz de la tarde, en la segunda; en
definitiva y pese a todo unas escenas un tanto banales que no tienen la entidad suficiente
como para sostener por sí solas el peso de la fotografía, al contrario, por
ejemplo, de lo que ocurría en la foto de la semana pasada «Despedida» en la que
una chica se despedía de alguien en el andén de la estación y en la que, pese a
las deficiencias técnicas de la toma, la escena captada tenía la suficiente carga
emocional como para proporcionar interés a la foto. Son estas, por así decirlo,
unas fotos con menos contenido y más orientadas a conseguir una imagen
estéticamente atractiva.
Siempre intento que en mis fotos estén presentes ambos
aspectos: que el motivo tenga interés y que la imagen resulte atractiva
estéticamente, lo ideal es que ambos alcancen el mayor grado posible de significación,
pero a veces ese deseado equilibrio se inclina más hacia uno de los dos.
Como se puede apreciar el tratamiento que he hecho de las
luces es extremo de manera que sólo quedan reflejadas en las fotografías
aquellas zonas de reciben directamente la luz, llevando a negro el resto y
obviando en gran medida los matices. El resultado es que en la primera las
figuras aparecen silueteadas, una silueta de luz a modo de halo y en la segunda se muestran solamente los
elementos de los personajes necesarios para descifrar la escena; se podría
considerar que ambas constituyen un ejercicio de minimalismo.
¿Tú me entiendes? |
Charlando al atardecer |
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https://www.youtube.com/watch?v=0uCryIzAXz4
(Salta al min. 9:50 para pasar la promoción de cámaras)