PROPIEDAD PRIVADA
Imagino
que, sobre poco más o menos, la cosa debió ocurrir así:
Nuestros
antepasados vivirían aún en las cavernas y cada uno tenía que
buscarse su alimento cazando. Había algunos a los que la caza no se
le daba muy bien y no eran capaces de atrapar ni un conejo para
llevárselo a los dientes; pero que, en cambio, tenían otras
habilidades. Uno de ellos, usando piedras y ramas era capaz de
construir refugios muy apañados, bien soleados y con buenas vistas
había otro que tenía mano con las plantas y sabía cómo hacer para
cultivar tomates, patatas, judías verdes...
Así
es que estos habilidosos consiguieron ser eximidos de ir de caza ya
que los buenos cazadores les proporcionaban piezas a cambio de su
producción. Todos contentos.
El
problema es que la ley del más fuerte propiciaba la abundancia de
abusones; es decir, aquellos que, si les gustaba la casita,
desalojaban al inquilino por las buenas y se instalaban en ella, o se
acercaban al huerto y se servían ellos mismos y claro, en esas
condiciones ni el constructor ni el agricultor ni nadie estaban por
la labor de hacer el tonto.
El
caso es que estas aportaciones beneficiaban a la comunidad. Si vivían
en casas construidas por ellos mismos no tenían que limitarse a
vivir en cuevas naturales sino que podían elegir el lugar donde
vivir y si disponían de vegetales, podían comerse el asado con
guarnición o patatas fritas que parece que entraba mejor. Por lo que
la comunidad decidió tomar cartas en el asunto.
Sin
duda debieron ser necesarias muchas y largas reuniones hasta que
consiguieran concretar lo que sin duda fue la primera concepción de
Propiedad Privada, teniendo en cuenta que, asociada a ella, debía
existir una fuerza pública que la defendiera haciéndole frente a
los abusones. No obstante la idea tuvo bastante éxito, tanto que
incluso llegó a asociarse a ella el criterio de que la Propiedad
Privada era sagrada: en el Derecho Romano, el Derecho de Propiedad
incluía el derecho al uso y al abuso de la misma, criterio que, para
algunos sigue vigente hoy día.
Y
sin embargo no es así. La Ley del Suelo española del año 1956 fue
pionera en su tiempo al incluir el concepto de límites al Derecho de
Propiedad. Tal concepto consistía en entender que el único valor
intrínseco que poseía un terreno era el equivalente a su valor
agrícola, es decir, el que era susceptible de obtenerse mediante su
explotación agraria. El valor urbanístico se lo proporcionaba la
comunidad al calificarlo como urbano y otorgarle unas expectativas
mediante el planeamiento y, por lo tanto, el uso que el propietario
podía hacer de su propiedad sería el que el planeamiento
determinase, acabando así con la concepción Romana.
A
donde quiero llegar con todo esto es a que la Propiedad Privada no es
sagrada, como muchos creen, la propiedad Privada la creó la
comunidad porque era útil para su evolución y desarrollo, pero
cuando, a día de hoy, hemos llegado al punto en que 85 ricos suman tanto dinero como 3750 millones de pobres en el mundo quizás haya llegado el momento en que
la comunidad vuelva a estudiar el tema y aunque sea tan costoso como
aquella primera vez, seguro que sería capaz, como entonces, de
redefinir el concepto de Propiedad Privada. Es necesario.
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