Las cofradías de Semana Santa de Sevilla obligan a los
hermanos que van a salir de penitentes en la procesión a ir completamente revestidos como tales, y por supuesto cubiertos con el capirote para preservar el anonimato,
desde su casa hasta la iglesia sin detenerse en sitio alguno y lo mismo, una
vez terminada la procesión, desde la iglesia hasta su casa. Hay, como es
lógico, cofradías más rigurosas que otras, algunas ni siquiera les permiten
hablar en dichos trayectos y también las hay más y menos estrictas en la
vigilancia y la exigencia del cumplimiento de estas normas. Es una cuestión más
sobre la que los sevillanos polemizan, presumiendo, en su caso, de la seriedad
de su cofradía.
Lo cierto es que en las galerías de fotos que publican los
periódicos, durante la Semana Santa es recurrente que aparecieran fotos de
estos penitentes en su recorrido, mezclados con la actividad normal de la
ciudad o transitando por algún rincón singular. En mi pueblo no ocurre nada de
eso, claro, se juntan todos los cofrades de las distintas cofradías en un
edificio para vestirse y desde allí hacen un pequeño desfile hasta la iglesia
desde donde sacan los pasos uno detrás de otro en una única procesión.
No es un tema, el de las procesiones, que me llame la
atención fotografiar, pero como pasan por delante de mi casa en esa primera
procesión hacia la iglesia, sin los pasos, hice unas cuantas. No hay en ellas
ninguna circunstancia especial o llamativa, lo que me gusta es el colorido de las túnicas y los pliegues y
texturas de los tejidos.
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Penitentes 1 (Abr. 2019) |
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Penitentes 2 (Abr. 2019) |
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Penitentes 3 (Abr. 2019) |
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Procesión (Abr. 2019) |
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