Bocados de realidad LXVII
No me
resulta fácil definir mi estilo, qué fotos son las que me gusta hacer, entre
otras cosas porque creo que es bastante amplio y variado. Esto es algo que ya
he planteado aquí otras veces y supongo que lo seguiré haciendo porque varía
constantemente, unas veces porque hay una evolución y hay algún tipo de fotos
que deja de interesarme o mi interés se dirige hacia otras y otras veces porque
tomo conciencia de alguna característica que estaba ahí como una constante y de
la que no era del todo consciente, que es lo que ha ocurrido en esta ocasión.
Además me interesa hacerlo porque saber, ser consciente de lo que a uno le
interesa ayuda a la hora de hacer las fotos.
Lo que he observado es algo que se repite en la elección del
motivo de un buen número de mis fotos; no solo en las de un tipo concreto sino
que es una característica común yo diría que a todos ellos.
En una de las primeras entradas de estos Bocados, la que dediqué a la búsqueda de
la belleza, plantee que esa belleza podía encontrarse en una fotografía de tres
formas: porque la aporta el motivo fotografiado, porque es una belleza que está
ahí, escondida y la mirada del fotógrafo la descubre o porque el propio
fotógrafo la crea con la imagen, también dije entonces que no me interesaba,
demasiado, no quiere decir en absoluto, el primero de estos casos y que me
interesaban más los otros dos. Creo ahora observar que en muchas de mis fotografías intento no sé si
descubrir o crear la belleza que hay en objetos o situaciones aparentemente
vulgares, incluso feos o que pueden considerarse antiestéticos, hasta el punto
que me parece que ésta puede ser una cualidad definitoria de mis fotografías,
aunque no la única, claro, ni de todas ellas.
Trataré de justificar esta afirmación con algunas fotos. Las
más inmediatas que se me ocurren son estas que he hecho recientemente:
Blancos (2018) |
Los cables aparecen con cierta frecuencia en mis fotos. Es
curioso porque parece que lo normal es huir de ellos. Para mí, en estas
composiciones que considero abstractas, los cables equivalen a líneas,
garabatos trazados a mano alzada.
Puertas desvencijadas o con la pintura descolorida, paredes
bofadas que han perdido el lustre, hierros oxidados, maderas castigadas por el
tiempo y la intemperie… y también objetos vulgares, corrientes, sin aparente
interés como sillas de fabricación industrial o antenas de televisión, me
atraen como objeto de mis fotos. Creo que es fácil, por frecuente, encontrarlos
en ellas así es que no me extenderé en mostrar muchas, pondré algunas que por
ser más antiguas, me vienen a decir que mi interés por ellos no es nuevo.
Óxido (2016) |
Puesta de sol (2009) |
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