Bocados de realidad LXXXVIII
Aunque me gusta hacer fotos en las que la composición prima sobre
el motivo concreto y he manifestado mi menor interés por la fotografía
documental, lo cierto es que, como la realidad siempre está presente en ellas,
a veces ésta se impone y cuesta trabajo eludir el protagonismo que asume el
motivo.
Como en años anteriores, en esta época se juntan en este pueblo una gran cantidad de estorninos,
miles.
Estornino (Ene. 2019) |
Algunas tardes, no todas, aparece un depredador, o quizás
sean varios, que intentan cazar alguno. Es entonces cuando, para defenderse,
vuelan en esas formaciones compactas tan espectaculares que intento fotografiar
con regular éxito; la visión del cielo es amplia pero limitada desde mi ventana y a la hora que
ocurre la luz es ya escasa. Esa dificultad hace que me produzca cierta
satisfacción conseguir una foto con un buen encuadre y una buena nitidez.
Pelapollos (Dic. 2018) |
Más aún si consigo una en la que aparece el cazador, como
ocurre en la siguiente En formación,
muchas veces solo lo veo al examinar la foto y todavía me gustaría más si
consiguiera una buena en el momento justo de la caza.
En formación (Dic. 2018) |
Pero esta foto, que sí, me parece espectacular, peca de lo
que decía al principio, es una foto más bien documental que como fotografía, como
construcción plástica, no tiene un interés excesivo. Por eso me gustan más estas
otras, sin título ambas, no tan espectaculares pero en las que prima la
composición, tienen más interés como foto que como documento.
La primera de ellas la he puesto en blanco y negro para
restarle realidad y, en consecuencia, alejarme de lo documental, la segunda me
parece ya suficientemente “irreal”, -aunque, paradójicamente, lo que la hace
interesante es que sea absolutamente real, ¡qué cosas!- y el color del cielo me
gusta.
(Ene. 2018) |
(Ene. 2018) |
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