Bocados de realidad LVI


Desde mi ventana
Sentados en la plaza.

Estas tres fotos de gente sentada en la plaza tienen algo especial que me gusta. De la primera, que he titulado Haciendo sombra, me gusta la composición según un eje vertical casi de simetría que define el tronco del árbol y su sombra en el que se insertan dos elementos de naturaleza contrapuesta: por un lado el elemento que forma el banco, de una geometría espartana y de otro esa preciosa sombra del árbol, irregular por naturaleza y en una posición que hace alusión también a su raíz. La luz de ese momento hace que el suelo y las líneas que en él se dibujan aparezcan muy tenues y destaquen con fuerza esos elementos principales. La cuña color crema de la parte inferior rompe la monotonía del gris manteniendo el tono suave del fondo y constituye, prácticamente, la única nota de color. Tanto el trazado del suelo como el banco, potenciado por las condiciones de luz y sombra, como la rígida composición le dan a la imagen un carácter geométrico que rompe la posición asimétrica de las dos figuras y, sobre todo, la sombra del árbol, auténtica protagonista de la foto.

Haciendo sombra (2018)

En la segunda predomina también ese tono tenue al que contribuyen  las sombras apenas contrastadas. La madera del banco es lo único que proporciona color a la foto. En esta foto no está la sombra del árbol ni hay ninguna referencia al mundo vegetal, a lo espontaneo, a lo descontrolado, salvo la madera del banco pero ya manipulada, domesticada.  La geometría ortogonal del trazado en el suelo gris y del macizo que constituye el banco, incluida su sombra, dominan aquí totalmente la foto imponiendo su rigor y transmiten la sensación poco amable que caracteriza una plaza dura, el rigor de lo artificial, de lo controlado. La presencia del hombre es lo único que rompe aquí el dominio de la geometría. El encontrase de espaldas y mirando a un punto indeterminado lo hace aparecer desvalido, apresado y asfixiado  por ese mundo artificial.

Cemento (2018)

La última tiene un poco de las dos anteriores. Está ese vacío de desierto de cemento, el peso de la geometría roto por el pelado tronco del árbol y su sombra que pone de manifiesto lo raquítico de la planta y, sobre todo, por los personajes que, de espaldas,  proporcionan todo el misterio que tiene la foto.

Me he decidido por el blanco y negro porque creo que así el contenido de la foto se concentra en estos elementos básicos, no quiero que esté presente la poca calidez que pueda aportar la madera.


A la sombra (2018)


Comentarios

wallace97 ha dicho que…
Bonita serie. Me gustan todas, no sabría cuál elegir.

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