Bocados de realidad XXXIV
Desde mi ventana
Puestas de sol
Hablaba hace poco de la diferencia entre las fotos que me
gusta ver y las que me gusta hacer y me refería, como ejemplo, al retrato como
un tipo de fotos que me gusta ver pero que no me gusta hacer. También me ocurre
lo contrario, fotos que me gusta hacer pero que no me gusta ver: mi ventana da
al oeste con lo que cada tarde tengo ante mí una puesta de sol casi diría que
cada día distinta según las nubes que haya. Siento una necesidad imperiosa de
fotografiarlas, tengo un montón de puestas de sol y me gustan, sin embargo
cuando veo fotos similares no me llaman la atención, me parecen aburridas. Es
curioso.
No me refiero a fotos de paisajes en las que la mirada puede
demorarse observando detalles, sino a fotos del cielo, de los colores y formas
que adoptan las nubes. Puede que sea esa carencia de paisaje lo que me hace
poco atractivas esas fotos cuando son ajenas porque ya digo que en las mías me gusta
detenerme, pero desde mi ventana apenas si veo una pequeña fracción de campo y
puede que por eso, para que no sea sólo cielo lo que aparece en ellas, me gusta incorporar algún
elemento, algo que introduzca en la imagen la realidad palpable, lo terrenal, en definitiva una referencia que sitúe la escena y que no resulte
completamente abstracta. Durante el verano, cuando el sol se
ponía justo enfrente, incluía en la foto una antena, en ocasiones también parte
de ese tejado y de la línea de horizonte que puedo ver.
Atardecer 1 |
Atardecer 2 |
Ahora el sol se pone bastante más a la izquierda y lo que
incluyo a modo de skyline es el
tejado de otro edificio con antenas y varias chimeneas de ventilación.
Skyline rústico |
Es también ahora el tiempo de los estorninos que cada tarde
invaden por millares, cada día aumenta el número, no sólo la torre de la
iglesia sino también los tejados vecinos antes de irse a la arboleda en la que
duermen.
Al final de día |
Puesta de sol con antena y pájaros |
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