Bocados de realidad XXII

Recientemente he pasado unos días en Oporto que aproveché para visitar un par de obras de Álvaro Siza, el arquitecto portugués: las piscinas naturales en Matosinhos y la Fundación Serralves, así como la Casa de la Música del holandés Rem Koolhaas. Ciertamente las piscinas de Matosinhos son un espacio mágico. Adosadas al paseo marítimo, las cubiertas apenas sobresalen un metro por encima del pretil, por lo que no impiden la visión del mar. Se accede, mediante rampas flanqueadas por muros de hormigón visto a unos espacios que resultan sorprendentemente íntimos, que transmiten la sensación de aislamiento del exterior y de estar sólo abiertos al mar. Hice algunas fotografías, pero o no estuve muy inspirado o me cortó violentar esa intimidad de la gente que pasaba allí relajadamente la tarde o no encontré suficientes motivos ya que sólo era visitable la cafetería, lo cierto es que ninguna de ellas tiene suficiente interés como fotografía para ponerla aquí. Bien distinta fue la ex...