Rafa Nadal "El cabeza"
Cuando
puse, en internet, la final del US Open entre Nadal y Djokovic, Nadal
había ganado el primer set 6-2 y servía para empatar a 2 en el
segundo. Mi primera impresión es que ambos estaban jugando a tumba
abierta, con golpes muy agresivos, como tratando de sacar de la pista
al rival. Prueba de ello fue ese impresionante juego de 54 golpes en
el que Djokovic rompió el servicio de Nadal para ponerse 4-2 y que
resultaría el primer momento clave de la final. Aunque Rafa
respondió con una rotura en el siguiente juego, el efecto de ese
punto fue determinante: Djokovic salió muy fortalecido y la ruptura
que sufrió en el siguiente no le restó esa fortaleza. Nadal, en
cambio, comprendió que por esa vía del intercambio agresivo no
estaba la victoria y replanteó la táctica. Fue el peor momento de
Nadal en el partido; Djokovic volvió a romperle el servicio 5-3 y
acabaría ganando el set 6-3.
El
tercer set también comenzó mal, con rotura para Djokovic en el
primer juego 0-1 y manteniendo su servicio 0-2. Nadal no sólo
acumulaba 4 juegos perdidos seguidos sino que apenas hacía puntos,
sufría con su servicio y Nole sacaba el suyo adelante con comodidad,
incluso en blanco.
Sin
embargo Rafa ya sabía donde estaba el partido. El partido estaba en
los errores no forzados de Djokovic.
Nadal
abandonó la estrategia de la agresividad, se dedicó a no cometer
errores y a dejar que Djokovic siguiera enviando bolas a la red o
fuera de la pista. Durante esta fase del partido la estadística de
errores de Nole aumentaba constantemente mientras que la de golpes
ganadores de Nadal apenas se movía y esto se traducía en puntos que
iba acumulando Nadal.
Con
eso se mantenía Nadal en el partido hasta que llegó el noveno juego
del tercer set con 4-4 y 0-40 para Nole: la clave definitiva del
partido.
En
el juego anterior Nadal había conseguido romper el servicio de
Djokovic para igualar a un break y a 4. La tv mostró entonces una
imagen muy significativa, a mi modo de entender: Todo el grupo de
Nadal saltó para celebrar ese juego menos su tío Tony Nadal que
permaneció sentado, ni se movió. Nadal no estaba ganando el
partido, lo estaba perdiendo Djokovic y hasta ese momento Djokovic
estaba dominando el tercer set. Ademas, con estos jugadores, capaces
de reinventarse varias veces en el transcurso de un partido, nada
estaba decidido.
Fue
entonces cuando Nadal consiguió mantener su saque levantando el 0-40
y dañando irremisiblemente a Djokovic que acabó perdiendo el saque
en el siguiente y el set: 6-4. Entonces si lo celebró también Tony
con el resto del grupo.
En
los años en que Djokovic estuvo intratable en el nº 1, en los
partidos con Nadal éste casi siempre ganaba el primer set. Luego
Djokovic se asentaba en el partido y acababa dominándolo. El partido
hasta ese momento llevaba las trazas de repetir ese esquema. Pero
ahora algo había cambiado. Nadal había ganado el tercer set. Era
otra historia.
Y
tanto que era otra historia, Nole se vino abajo definitivamente.
Seguramente invadieron su mente las derrotas sufridas este año en
grandes partidos ajustados. Continuó incrementando sus errores y
Nadal pudo maquillar su estadística de golpes ganadores en un cuarto
set que no tuvo color: 6-1.
En
el tercer set, en el que se decidió el partido, el balance de golpes
ganadores / errores no forzados fue 17/17 para el serbio y 6/6 para
el español y en el cómputo completo 46/53 para Djokovic y 27/20
para Nadal.
Podría
decirse que el partido lo perdió Djokovic más que ganarlo Nadal;
pero lo cierto es que Nadal encontró la forma de ganarlo, aunque
esta fuera dejar a Djokovic que lo perdiera.
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